Doña Blanca y su hija Elena

[Versión en castellano y actualizada (9/09/2024) del post Doña Blanca i la seva filla Elena]

El día viernes 12 de octubre de 2018 constatamos que hacía dieciséis años que habíamos vivido en el departamento de la familia Iparraguirre de Perú (en algún documento consta como Yparraguirre). Reconocimos en depa en el video de la entrevista a Testimonio de la madre de Elena Iparraguirre, que Heidi Grossman hizo a Blanca Revoredo para el programa Cuarto Poder (2003) del Canal 4, actualmente TVGO de América Televisión, y que se emitió el 13 de julio de 2003. Aquel día del Pilar vimos el documental, y empezamos a seguir el hilo con el libro recién publicado La cuarta espada. La historia de Abimael Guzmán y Sendero Luminoso de Santiago Roncagliolo (Barcelona: Penguin, 2018). Un libro que tiene algunos sesgos.

Curiosamente al día siguiente, el día sábado trece, en el desayuno de gralleros (músicos que tocan la gralla) de después de tocar las matinades (dianas) de la Feria de Santa Teresa en el Vendrell, Tarragona, el amigo Adrià me comentó que el lunes día ocho había visto en el Canal 33 un documental sobre Sendero Luminoso del Perú donde en algún momento sonaba el Yo te daré, o sea los Cinco Reales (Ramon Aramburu Sarasola, ca. 1930, también conocida como Niña hermosa o Yo te daré café), canción que forma parte del repertorio del grupo de grallers "Les Gralles del Baix Penedès". El documental es Tempestad en los Andes (2014) y puede visualizarse en Vimeo: https://vimeo.com/341414862.

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Entre enero y febrero de 2001 Imma, Martí y yo estuvimos viviendo en Lima. Vivimos en un departamento de la urbanización Palomino de Lima (B-A4, D-302), que nos alquiló la vecina de unos buenos amigos médicos, que vivían enfrente. 

Nuestros amigos preguntaron a doña Blanca, que era viuda y vivía sola, si podía alquilar su departamento a unos amigos que venían de España, y que mientras tanto podía ir vivir a casa de una de sus hijas y así podría ganar algunos soles. Tanto por el motivo por el que viajábamos a Lima, como por el tiempo que pensábamos estar, como por los soles que se podría sacar, doña Blanca nos alquiló su departamento. 

En el lado derecho de la verja de hierro de la puerta de entrada al depa, a la altura de los ojos, había una placa con los nombres “Iparraguirre Revoredo”. Ella era doña Blanca Elena Revoredo Relis, conocida como Blanca Revoredo de Iparraguirre.

Vivimos en su depa durante un mes. Fue un mes inolvidable. Un mes de vacaciones, de vínculo, de peruanidad, de afianzamiento, de amistad, de construcción de vidas, de vida compartida, de descubrimientos, de aprender a cocinar comida peruana, de empezar a acostumbrarse a los sabores de la cocina catalana, de acomodación, de cantar, de jugar, etc., y también de realizar bastantes gestiones.

En conversaciones con los amigos y vecinos, desde entonces tíos, nos comentaron que doña Blanca tenía una hija que estaba en la cárcel por terrorismo y que nunca hablaba de ella. 

En el depa no había ninguna fotografía de ella ni de sus hermanas, ni en paredes, ni en estantes, ni en cajoneras. Bien, había una puerta al fondo del pasillo que estaba cerrada y tenía una mampara delante, que no sabíamos si llevaba a una habitación o a la parte de atrás de la casa, en la que nunca entramos. Más tarde supimos que allí se guardaban las pinturas de su hija Elena.

Mientras estábamos en su depa, doña Blanca vivió un par de veces “de visita” (¡en su propia casa!) para conocernos más, sobre todo a Martí. Era una señora de cara redonda, con gafas y peinado de peluquería. Risueña. amable, dulce y muy respetuosa. Se la veía presumida. Estaba muy agradecida de lo que estábamos haciendo y cómo lo hacíamos, y nos lo transmitía. Cuando venía a casa en coche o en taxi, la acompañaba un hombre joven que un día nos presentó como su hijo, cuando en realidad solo había tenido tres hijas. 

Un día, quisiéramos o no, nos invitó a comer a un restaurante chifa de categoría, me parece que en el paseo de la República. Y antes de que volviéramos a Barcelona nos hizo llegar un paquete para que nos lo lleváramos. Nos dijo que un familiar viva en Barcelona y que nos llamaría para pasar por casa a recogerlo y también nos dio un teléfono. Pasados cuatro o cinco años sin que nadie llamara ni nadie respondiera al teléfono ni a los mensajes que fuimos dejando al contestador, abrimos el paquete y había dos pares de calcetines de lana de colores hechos a mano, unos normales y otros por encima de la rodilla, y dos chalinas. Recordamos que doña Blanca decía que «en Europa hace frio».

Aquel mes en Lima, tuvimos muchas visitas: las diarias de los amigos vecinos y de sus familiares, las puntuales de los amigos matemáticos y profesores, las de la familia con la que en 1995 vivimos bastantes días en su casa de la avenida Eduardo de Habich, las de las monjas de la Compañía de María (Lestonnac) que en aquella época gestionaban la escuela Fe y Alegría n.º 1 en Valdivieso (ahora Institución Educativa 3701), donde en 1995 hicimos una colaboración educativa. Y también gozamos de la estadía que unos buenos amigos montañeros del Vendrell realizaron en el depa, al regresar de Huaraz y de la Cordillera Blanca

Pero además también tuvimos dos visitas oficiales.

La primera fue de dos hombres con traje oscuro. Aunque se presentaron como funcionarios, no recordamos de dónde venían. Querían saber por qué estábamos en el departamento, qué relación teníamos con la propietaria, con doña Blanca, qué habíamos ido a hacer en Perú y hasta cuándo pensábamos estar allí. La visita fue sorpresiva pero corta. Debían ser policías y el hecho de haber venido a, de alguna manera interrogarnos, quería decir que o bien tenían la casa controlada o bien algún vecino o alguien del MIMDES les había informado del hecho. Al día siguiente lo comentamos a los amigos vecinos y nos dijeron que seguro que habían venido porque la hija de doña Blanca que estaba en la cárcel se llamaba Elena pero que la gente la conocía como Míriam, camarada Míriam, y que era la compañera de Abimael Guzmán de Sendero Luminoso, presidente Gonzalo (Guzmán e Yparraguirre, 2019 y 2014) y que estaba encerrada en la cárcel,  como él, condenada por terrorismo a cadena perpetua.

Más tarde (Roncagliolo, 2018) supimos que Elena, Abimael y otros senderistas que se escondían en Surquillo, en la casa de Maritza Garrido-Lecca, que era maestra y bailarina, fueron detenidos en 1992. Si a la Elena y a Abimael les cayó cadena perpetua, a Maritza veinticinco años de prisión. Fue liberada en 2017. 

La segunda visita fue la de una técnica del servicio de la DGA del MIMDES o MIMP que ya nos conocía de una tramitación que hicimos con ella, no recuerdo si en el Jirón Camaná o en la avenida Benavides. Quería ver donde vivíamos (comentó el nombre del cartel de la puerta) y como iba la adaptación. Al terminar la visita y después de varias gestiones nos pidió amablemente que le diéramos los soles que le había costado el taxi de venir al depa y los de volver a la oficina, ya que no le pagaban los desplazamientos, cosa que hicimos sin inconveniente alguno. Hay que decir que los soles que nos pidió eran más o menos los que se costaba a los tres ir y volver del centro en taxi, con cochecito de niño incluido y previa cotización.

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¿Quién era doña Blanca?

Doña Blanca Revoredo, 2003.

Sabemos que doña Blanca Elena Revoredo Relis (1920-?), que tenía estudios de comercio, se casó con Carlos Alberto Iparraguirre Guerra (1915-?) en 1939. Ella atendía desde su casa un negocio familiar y posteriormente en la botica que compraron, y él era viajante de comercio, militaba en el APRA  y se dice que un día a la semana de ponía su terno y salía a participar en reuniones discretas. Tuvieron cuatro hijas. De la mayor no sabemos el nombre, la segunda, Blanca, nació en 1941 y murió atropellada a los veintitrés años. Doña Blanca explicó que «Blanquita era del Opus Dei y en Trujillo la quieren como una santa» (Revoredo, 2002). La tercera fue Elena Albertina, Elena o Leny, que nació en 1947 y de la hermana pequeña solo sabemos que estudió educación (Zapata, 2017) y que vive en el extranjero.  

Elena estudió para maestra y tuvo la suerte de ser alumna de las hermanas Barcia Boniffatti, formadas en las propuestas pedagógicas de la Escuela Nueva, sobre todo de las de F. Fröebel y M. Montessori. En 1970 se casó con Javier Blas Verástegui Lazo (1945). Tuvieron dos hijos, Blanca Elena, que nació en 1972 en Francia mientras Javier hacía un doctorado en Química en la Facultad de Ciencias, Universidad de Paris VI "Pierre et Marie Curie" y ella un máster en educación especial, y Nicolás que nació el 1974 en Perú, año en que regresaron. Doña Blanca estuvo en París por el nacimiento de su primera nieta.

Elena desapareció en 1982. Doña Blanca decía: “Unos años después, se hizo la oscuridad. Nos afectó bastante. Creíamos que se había ido enamorada de alguien. Elena desapareció en 1982. Se perdió, no la vimos más” (Revoredo, 2002). Y también: “Un día vino a mi casa, me dejó a sus hijitos: una niña y un niño, se los recomendó a su padre y a sus abuelas que los hemos adorado. Ella los había matriculado en unos colegios y desapareció de la familia. Se fue a luchar para cambiar el mundo, fue muy valiente porque quería muchísimo a sus hijos. Así es la vida, da muchas sorpresas” (Revoredo, 1999). Y Elena decía: “No estaban en edad de entender ni podía exponerlos a un hecho del que no tenían ni idea, la guerra les quitó a su mamá y yo los perdí” (EFE, 2006).

A partir de entonces fue la camarada Míriam y en algún caso Raida Oscate.

En 1986 Javier Verástegui la denunció por abandono del hogar y se divorció de ella en 2009.

El siete de junio de 2002 la revista peruana Caretas (Revoredo, 2002) publicó una entrevista a doña Blanca donde por primera vez dejaba de esconderse y de disimular y empezaba a romper su silencio. En ella reivindica que Elena Iparraguirre Revoredo es hija suya y que a pesar de todo lo que había hecho, la ama y no renuncia a ella. Comenta que cada dos semana la va a ver durante tres horas en la cárcel de alta seguridad y le llevaba muchas cosas. También desmiente ser el correo de brujas que pasa información entre prisioneros que le atribuían falsa e interesadamente desde la Dirección Contra el Terrorismo (DIRCOTE). Ella, molesta, dice: «¿Sacando o llevando cosas que la perjudican? Yo no soy tan ignorante para hacer esas cosas».

En la entrevista Testimonio de la madre de Elena Iparraguirre, de Cuarto Poder (2003) para el Canal 4, además de comentar más ampliamente lo que dijo para Caretas en  2002 y desmentir ser un correo de brujas, aprovechó para mostrar una edición privada de poemas de Elena, que también había ilustrado (Iparraguirre, 2021), así como algunos de los cuadros pintados en la cárcel y que están repartidos por la casa. 

En 1992 Elena fue detenida junto a Abimael, Laura Zambrano Padilla, camarada René y María Pantoja Sánchez, camarada Doris en casa de la bailarina Maritza Garrido-Lecca. Los cuatro fueron condenados a cadena perpetua y la Maritza a veinticinco años de cárcel.

En 2010 Elena y el Abimael se casaron en la cárcel a pesar de saber que en el Perú no hay visitas conyugales para los condenados a cadena perpetua. Abimael había tenido una primera compañera, Augusta Deyanira La Torre Carrasco, camarada Norah, que murió en 1988, parece ser que de una enfermedad mal cuidada. Esta muerte sirvió para que se generaran algunas dudas y se inventaran noticias falsas.

El Abimael murió en prisión en 2021. Elena otorgó poderes a Iris Quiñones, Bertha, amiga suya y exmilitante de Sendero, para recoger y enterrar el cuerpo de Abimael, pero un defecto de forma y la negativa judicial, militar y gubernamental no lo permitieron. Ni ella, ni posteriormente su abogado pudieron enterrar el cuerpo. De hecho, ni gobierno ni militares querían que hubiera un lugar donde se pudiera “peregrinar”. No quiero compararlo con Polinices pero sí lo hago con Ossama bin Laden. El cuerpo de Abimael fue incinerado a escondidas y nadie sabe qué hicieron con las cenizas, aunque se dice que las tiraron al mar.

Actualmente doña Blanca ya no está. No sabemos cuándo murió, pero su hija Elena tiene setenta y siete años (estamos en 2024) y sigue en cadena perpetua en el penal de máxima seguridad de Chorrillos.

Algunas preguntas y reflexiones que ha ido emergiendo a medida que escribía y buscaba información para estas líneas.

  • ¿Qué semejanzas metafóricas puede haber entre la captación de Blanquita por parte del Opus Dei y la de la Elena por parte de Sendero Luminoso?
  • ¿Quién era aquel joven que acompañaba en coche o en taxi a doña Blanca cuando venía al depa, que era su depa, y que nos presentó como un hijo a pesar de que sólo había tenido hijas? ¿Un nieto? ¿Un yerno? ¿Un amigo de la familia?
  • ¿Quién era el familiar que vivía a Barcelona?
  • Elena siempre ha manifestado que no se arrepiente de lo que hicieron. Dice que estaban en guerra y que hubo excesos por ambas partes. En una entrevista en la revista Caretas (Revoredo, 2002), ante la pregunta: “¿Se arrepiente de la lucha armada?”; respondía: “Cometimos errores, pero valió la pena la revolución, porque el Estado peruano era una porquería y era la única manera de acabar las diferencias”. Y en una carta al papa Francisco de enero de 2018 le dice que «mi delito es haber dirigido una guerra popular marxista-leninista-maoísta». Puede se dejase de decir que también era mariateguista
  • Actualmente cuando el Elena no consigue lo que reivindica desde la cárcel, no sólo para ella, sino también para las otras mujeres presas, considera que se ha cometido una injusticia e intenta que su reivindicación salga fuera de los muros de la cárcel. Y si hay medios de comunicación cerca, se revela, grita y proclama eslóganes tanto de su revolución como a favor de sus derechos y los de las otras mujeres encarceladas.  Interpreto que todo esto es una manera de mantenerse viva, de no hundirse y de seguir dando sentido a su vida entre rejas para siempre. Me parece haber leído que para ella arrepentirse sería una gran derrota, sería como reconocer el no sentido de aquello que dio sentido y compromiso a su vida y que aún la mantiene viva. 

Elena Iparraguirre, 2021.

Referencias de las citas y bibliografía

(Nota: si algún enlace está caducado, pruébenlo en: https://web.archive.org/)

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