Banalidades, o no tanto, sobre la imagen personal y profesional, la comunicación y la interacción en las sesiones en línea

Quiero compartir, con complicidad, algunas banalidades (puede que algunas no lo sean del todo) que me parece importante recordar y compartir, que surgen tanto de la experiencia en docencia en línea del profesorado del Máster de Entornos de Enseñanza y Aprendizaje mediado por Tecnologías Digitales de la Facultad de Educación de la UB, que desde 2013 se imparte en modalidad no presencial, y por tanto en línea, y que ha sido reverificado en el nuevo Máster de Entornos de Enseñanza y Aprendizaje con Tecnologías Digitales, como de comentarios y reflexiones formales y coloquiales que los días de pandemia, y sobre todo durante el confinamiento que cerró todos los centros educativos, he ido recogiendo en reuniones académicas y en conversaciones informales realizadas exclusivamente en línea en modalidad sincrónica.

He de reconocer que no estoy de acuerdo con todo lo que he escrito, pero es una recopilación de opiniones y consejos personales y también de varios colegas

El fondo: se sugiere que sea claro y neutro pero cada uno decida lo que le parece más adecuado o del que dispone. Tres comentarios: 1) No hay que mostrar las casas donde vivimos; 2) En la pared de detrás del espacio de mi casa donde me conecto, tengo dos láminas colgadas, pero si en las sesiones virtuales no es posible difuminar el fondo las descuelgo para que quede en fondo blanco; y 3) Me parece que fue el filósofo italiano Nuccio Ordine, el de La utilidad de lo inútil, que comentaba que había muchos tertulianos televisivos que cuando participaban desde casa tenían detrás una librería, bien real o bien de fondo falso, pero que en cambio en sus reuniones con colegas universitarios, se veían muy pocas, y dejaba el comentario al aire.

Evitemos tener luz detrás o una ventana con mucha claridad. El contraluz oscurece mucho la cara y se pierden las facciones y expresiones.

Antes de empezar, si deseamos evitar brillos, es importante secarse la frente y la cara.

Se sugiere que llevemos una camiseta, jersey o camisa con cuello. Es importante dar una imagen ordenada y socialmente el cuello de las prendas de vestir se valora como formalidad. Como en la televisión, debemos evitar rayas y cuadros (efecto Moiré), siempre es mejor un color liso.

Aunque vayamos con pantalón corto y con zapatillas o chanclas que no se ven, no podemos olvidar que estamos en un acto formal.

A veces necesitamos beber y tenemos al lado una taza, una botella y puede pasar que después de beber queramos secarnos los labios. Evitemos hacerlo con la mano. Un pañuelo de papel cerca del teclado siempre va muy bien y nos puede sacar de apuros

Es importante mirar a la cámara. Si la tenemos debajo de la pantalla, debemos tener en cuenta que la imagen sale ampliada y deformada por el efecto de contrapicado. Si la cámara está arriba de la pantalla dado que está a la altura de los ojos, muestra una imagen es más real. Una anécdota; Haciendo un Skype con unos amigos, uno le dijo a otro: «¡A ver si te cortas los pelos de la nariz!». Los contrapicados son peligrosos porqué además de deformar la imagen de la cara, como acostumbramos a estar muy cerca de la cámara, se ven los pelos de la nariz, papadas, caras mal afeitadas, espinillas, arrugas que no nos gustan, etc.

Si no disponemos de cámara en parta superior de la pantalla, siempre podremos comprar una complementaria ya que esto permite ponerla a la altura de los ojos

Vigilemos de no cerrar los ojos mientras hablamos o escuchas a los alumnos ya que parece que hablemos al infinito y desconectemos de la sesión de clase.

Si podemos, en mi caso no es posible porque el espacio donde me conecto es muy pequeño, separémonos de la pantalla de modo que se vean las manos, tanto para potenciar la comunicación no verbal y la enfatización de su explicación, como para dar modelo de docencia en línea, sobre todo si es forzada y con alumnado de educación infantil y primaria.

Evitemos ser un busto parlante tanto en las sesiones sincrónicas como en las asincrónicas y en los clips de vídeo.

Utilizar unos auriculares evitará el eco de la propia voz y los sonidos ambientales (pájaros, coches obras, etc.) y los clics del ratón o el sonido del teclado si es que lo usamos durante la sesión.

Si nos viene un bostezo, a mí me ha pasado, el pañuelo al lado del teclado es muy útil.

Vigilemos los «tics» que a veces hacemos inconscientemente: tocarnos una oreja o la nariz, frotarnos los ojos, rascarnos la cabeza, hacer muecas, etc.

Evitemos las muletillas cuando hablemos y expliquemos cosas: ¿Sí?, ¿Mmm?, ¿Emmm?, ¿No?, ¿Verdad?, ¿Vale?, ¿Viste?, ¿Eh?, O sea…, etc. 

Si tenemos que compartir un archivo, una aplicación o la pantalla, preparémoslo, si es necesario subiendo previamente el archivo para su conversión u acceso más rápido, y probémoslo antes. Así mismo expliquemos lo que vamos a hacer, y si se quiere, hasta lo que vamos haciendo, de manera que se entienda porque movemos la cabeza y los ojos y quizás hacemos alguna expresión rara.

En general evitemos cosas que puedan distraer nuestra aportación. 

Y como bien dice Corbin Ball, «...remember, the speaker is the show, not the program

Nota: este escrito es una traducción ampliada del post de 16/07/2020.


Comentaris

el quintana ha dit…
Verse demasiado la cara por Zoom produce dismorfia: https://elpais.com/eps/2021-10-30/verse-demasiado-la-cara-por-zoom-produce-dismorfia.html?utm_source=Twitter&ssm=TW_CM#Echobox=1635765010